JULIO ALVAREZ SEBASTIÁN
La Nueva Generación
Y nunca más debemos regresar al límite de las sombras, al territorio de las frustraciones. Nunca más la cabeza gacha y el corazón herido de ver tantos resultados acumulando derrotas. Nunca más.Tantas veces hemos perdido. Tantas veces, la derrota como una solitaria compañía en un descenso vertiginoso de nuestro fútbol. Tanto y tanto, que se nos hizo costumbre. Pero, "Todo tiene su final, nada dura para siempre" decía el maestro Héctor Lavoe y tenía muchísima razón.La Selección Sub-17 que dirige Juan José Oré tiene la virtud de haber despertado en el aficionado una enorme simpatía, nos presenta otra actitud al enfrentar los partidos, hay otro espíritu de lucha, el compromiso de dejarlo todo en la cancha. Este grupo maneja el espíritu colectivo, solidario en todos los sectores del campo, todos se ponen el traje de obreros, que van trabajando, cual pequeñas hormiguitas, minuto a minuto los partidos, eso es un mérito del técnico que además utiliza para cada cotejo una lectura diferente, realizando acertadas variantes en el momento oportuno, sin caer en los excesos tácticos. Y eso también es una virtud.Si bien es cierto, el aliancista Reymond Manco es la figura más descollante de este grupo, el colectivo está por encima de cualquier individualidad, en ese contexto, uno no sabe si quedarse con el coraje y entrega de Néstor Duarte y Jairo Hernandez ( hará mucha falta en el próximo encuentro ), nuestra pareja de centrales o la agilidad y concentración del golero Eder Hermoza o el trajinar y oportunismo de Alonso Bazalar o el conmovedor esfuerzo del atacante huanuqueño Irvin Avila o tal vez la sutileza en el manejo del balón del crema Gary Correa, quizá usted prefiera el gran trabajo del volante rimense Bryan Salazar o la labor de los laterales Juan Arce y Joseph Muñoz ( reemplazante del lesionado Jersi Sócola), seguramente alguién la daría votos de aprobación a la actuación de César Ruiz, Luis Trujillo, Daniel Sánchez o el relegado delantero rosado Cristhian La Torre; lo cierto es que nosotros preferimos quedarnos con el trabajo colectivo de nuestra selección, porque en la medida que se fortalezca esa virtud nuestra selección no tendrá límites en su accionar en la justa coreana y estará preparado para enfrentar a cualquier rival. Al igual que en el Mundial de México '70, luego del terremoto ocurrido el 31 de mayo de ese año, los muchachos de ese entonces nos trajeron alegrías, para refugiar nuestro dolor, con las victorias ante Bulgaria y Marruecos, esta Selección nos entrega con sus actuaciones en el mundial coreano un paliativo, para mitigar un poco la enorme pena y tristeza que nos trajo la tragedia del sur de nuestro país.Al igual que en Seúl 88 con aquella inolvidable Selección de Vóleibol lideradas por Gaby Pérez Del Solar y Cecilia Tait que consiguió finalmente la medalla de Plata en dichas Olimpiadas, el aficionado se acostumbró a madrugar para disfrutar esos inolvidables partidos de ese notable grupo de deportistas; también esta selección que participa en Corea, país que está asociado a nuestros mejores momentos deportivos, nos está haciendo madrugar para celebrar las victorias de este grupo de adolescentes futbolistas que están dejando muy en alto el nombre de nuestra patria.Sea cual fuera el final de la participación de nuestra Selección Sub-17, está claro que han cumplido con una digna participación en el mundial coreano. Ojalá nuestros dirigentes tengan el suficiente tino de darle continuidad a este grupo, que el proceso no se detenga, estamos creemos ante el despertar de una nueva generación de futbolistas, que en los próximos años están llamados a lavar el rostro de nuestro alicaído fútbol en el contexto internacional. Tenemos que seguir colando los defectos, los errores, las descoordinaciones y por supuesto fortalecer las virtudes; pero, que estamos ante otra actitud de entrega y defensa de nuestros colores, no hay ninguna duda.
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