miércoles, 2 de julio de 2008

Liga Campeón de la Copa Libertadores 2008

HAZAÑA DE LIGA EN EL MARACANÁ
Las Manos de América
LA CELEBRACIÓN EN SU MÁXIMA DIMENSIÓN
PATRICIO URRUTIA Y LA COPA
LA HINCHADA Y SU FE INQUEBRANTABLE
José Francisco Cevallos tapó tres penales y fue la figura del partido.
Por primera vez en su historia un equipo ecuatoriano se consagró como campeón de la Copa Libertadores. Cevallos fue el héroe de la noche al atajar tres penales que le dan el título a Liga y lo convierte en un grande del América.
Lágrimas de emoción, derramaron los jugadores “albos” al lograr el título y como agregado dar el segundo “Maracanazo” en tierras brasileñas. La gran cantidad de ecuatorianos que llegaron hasta Brasil celebraron a lo grande este logro que ningún equipo ecuatoriano había alcanzado hasta el momento. José Cevallos, héroe al parar tres penaltis, dedicó la victoria al pueblo ecuatoriano y apuntó que la clave del partido es que supieron "mantener" el resultado en la segunda mitad. El portero del Liga de Quito, mencionó, que entre penalti y penalti, "invocaba" a su padre fallecido y que "le dio suerte", con lo que detuvo tres disparos y su equipo se pudo proclamar campeón de la Copa Libertadores. Tras cada penalti, Cevallos se dirigía atrás de la portería y se ponía en posición de rezo.
El portero también explicó que forzó para jugar la final, para la que era duda por unas molestias musculares, porque "a esa altura" de su carrera, "no me lo quería perder". "Con mi edad es muy difícil volver a jugar una final", añadió. El entrenador de Liga, el argentino Edgardo Bauza, admitió que la final de la Libertadores "parecía que se escapaba" y elogió la "personalidad" de su equipo, que hizo posible la victoria final. "Sufrimos mucho y ganamos bien. Nuestros rivales eran candidatos naturales, pero lo sacamos adelante con gran valentía", dijo Bauza a medios locales, en medio de la celebración en el césped del estadio Maracaná. "Después del tercer gol fue muy difícil aguantar y en los últimos minutos teníamos muchos nervios". El técnico también mostró una "satisfacción enorme" por dar el primer título de la Libertadores a Ecuador. Liga de Quito empezó dominando claramente el partido y se puso en ventaja a través de Luis Bolaños que a los cinco minutos puso el 1-0 a favor de los "albos". El tanto de Liga puso nerviosos a los brasileños que perdieron las marcas y dieron muchos espacios que no fueron aprovechados por los visitantes.Un temprano gol de Luis Bolaños supuso un escollo que le obligó a los brasileños a marcar tres goles, que convertiría Thiago Neves para llevar el partido a la prórroga y a los lanzamientos de once metros en el mítico estadio Maracaná, de Río de Janeiro.
En la lotería de los penaltis, el LDUQ certificó el título gracias a la gran actuación de su guardameta José Cevallos, que paró tres disparos.
En la ida, los ecuatorianos habían facturado un 4-2 en su estadio Casa Blanca, de la capital ecuatoriana.
Al igual que ocurrió en la ida, Liga de Quito sorprendió a sus rivales con un gol rápido en los primeros compases del partido, que se salía totalmente del guión que le hubiera gustado escribir al entrenador del 'Flu', Renato Gaúcho.
En un contraataque fulminante, Joffre Guerrón regateó en la banda a Júnior César y centró con precisión. Bolaños remató y el balón acabó en las redes después de cambiar levemente de trayectoria al encontrarse en su camino con la pierna del zaguero Gabriel.
El tanto fue un mazazo para un Maracaná abarrotado, que presenciaba la primera vuelta de una final de la Libertadores en su historia.
A partir del gol visitante, el Fluminense se convirtió en un vendaval y buscó llegar al gol con pases largos teledirigidos hacia Washington y con disparos lejanos desde la frontal, para burlar a los defensores del LDUQ, bien cerrados en su área.
Thiago Neves probó fortuna con un disparo rabioso desde la frontal y anotó el primero de los locales. El balón, que botó poco antes de cruzar la línea de gol, fue imposible para el meta José Cevallos.
El Fluminense incrementó la presión y consiguió el segundo tanto poco después, en una jugada de picardía. En un saque de banda, Cícero le ganó la espalda a la zaga ecuatoriana, recibió solo y se la sirvió en bandeja a Thiago Neves, que llegó desde atrás para marcar y darle alas a su equipo.
En el descanso, Renato Gaúcho decidió mover ficha y dio entrada a Dodó, quien ya fue fundamental en las semifinales ante Boca Juniors.
Nada más salir, el delantero envió el balón al poste; pero sería el héroe de la noche, Thiago Neves, el que volvería a adelantar a su equipo, con un magistral tiro de falta, que se fue abriendo hasta encontrar las redes de la portería de Cevallos.
El técnico del LDUQ, el argentino Edgardo Bauza, ordenó a su equipo a cambiar de actitud y subir en ataque. Liga creó algunos problemas a la portería de Fernando Henrique, como en un remate de Claudio Bieler que se estrelló el balón en el poste.
La posesión era del 'Flu', pero el ritmo frenético de los primeros minutos de la segunda mitad se fue apagando hacia el final de los 90 minutos por el cansancio de los atacantes brasileños, cada vez más inofensivos ante la muralla ecuatoriana.
Con el 3-1, el partido se fue a la prórroga, en cuya primera mitad, ambos conjuntos bajaron el pistón, por la fatiga y más preocupados en evitar dejar espacios al rival que en conseguir el gol de la victoria.
A tres minutos del final de la segunda parte de la prórroga, el árbitro anuló por un fuera de juego inexistente un remate de Bieler que habría dado la victoria a los ecuatorianos.
Un instante después, José Cevallos demostró reflejos y sacó una mano providencial ante un remate de Thiago Neves, que buscaba su cuarto tanto y llevó el partido a los penaltis. Tras el triunfo en la Libertadores, Liga dirige su mirada hacia el Mundial de Clubes de la FIFA que se disputará en Japón y al que también asistirán el Manchester United de Inglaterra, campeón de Europa, y el Pachuca de México, número uno de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf). El equipo capitalino es el primer equipo ecuatoriano que estará al Mundial de Clubes.
Alineaciones:
Fluminense: Fernando Henrique; Gabriel, Thiago Silva, Luiz Alberto, Júnior César; Ygor, Arouca, Conca, Cícero, Thiago Neves; y Washington.Técnico: Renato Gaúcho.
LDUQ: José Cevallos; Jairo Campos, Norberto Araujo, Renán Calle; Enrique Vera, Patricio Urrutia, Paúl Ambrossi, Luis Bolaños, Damián Manso, Joffre Guerrón; y Claudio Bieler.Técnico: Edgardo Bauza.
Una inolvidable noche de fútbol de Copa
Algunos sacaron las sillas del comedor y hasta el abuelo salió con poncho para ver a la Liga. En el Parque Inglés, sector de San Carlos, al norte de la ciudad, una pantalla gigante congregó a los aficionados que no querían perderse la final de la Libertadores. Mientras el Maracaná, lleno a reventar, rugía, en las gradas de césped y hasta en el suelo, los hinchas mataban los nervios con un cigarrillo o aclaraban la garganta con un traguito.“Una media para matar el frío, no más peguémonos”, era la propuesta que un joven hacía a su grupo de panas. Familias enteras buscaban puesto. Corrían la cerveza y los canelazos. “Yo te daré….”, comenzaba a gritar un espontáneo y enseguida un coro le acompañaba entonando el grito de guerra de los “albos”. Liga en la cancha hacía lo suyo y cuando llegó el primer gol la algarabía fue general. “Soplen para que no llueva”, decía un man cuando chispeó un ratito. A pesar de los tres goles de Fluminense, el ánimo de la gente no decaía ni se enfriaba, al contrario del clima que estaba helado.“Oye ve esa pelada, rica”, comentaba un muchacho a quien las buenas curvas de una vecinita le hicieron desviar su atención del partido. “Vamos Liga”, gritaban las voces, mientras que en cada corrida de Guerrón, la concurrencia se ponía de pie y aplaudía. Los alargues y más gritos cuando el balón chocaba en el palo o pasaba rozando el arco. Don Pepito veía el reloj y se pegaba otro tabaquito. “Presionen, marquen, dale Salitas”, decía cuando ya entró el Mago. Sonó el pitazo final y la barra comenzó a corear “Súper Pancho…Súper Pancho”, como presagiando que sería la gran noche de quien hoy más que nunca ha confirmado porqué le dicen las “Manos del Ecuador”. Rezos, tensión, llantos, abrazos, besos. El final de esta noche de fútbol es indescriptible. Un desahogo de emociones, la completa alegría. Los liguistas festejan y hasta quienes aman camisetas de otros colores derraman una que otra lágrima. El otro ganador fue el dueño de víveres Belén que vendió como nunca en la vida.
Maracanazo "albo"
Rodrigo Paz, máximo dirigente de los “albos”, tuvo que esperar 55 años para ver a su equipo levantar el trofeo de sus sueños, la Copa Libertadores de América. Liga se consagró campeón del máximo torneo del continente y para rematar lo hizo en el mítico estadio Maracaná, el símbolo del fútbol brasileño, lugar en donde hizo su casa el Fluminense, que ayer cayó derrotado en los penales (1-3).El arquero de los “universitarios”, Francisco Cevallos, acabó con el festejo que tenían preparado los “cariocas”. Simplemente tapó tres penales y lo hizo a aquellos que eran las figuras indiscutibles y que irónicamente fueron quienes derribaron su arco en el tiempo reglamentario. Thiago Neves, quien anotó los tres goles del Fluminense en el partido de ayer, que en los 120 minutos terminó 3-1, no pudo pasar por la humanidad de “Pepe Pancho” en los penales, pero antes, Counca, que anotó en Quito, tampoco pudo marcar desde los 12 pasos. El nombre de Cevallos quedó marcado en el gramado del Maracará cuando en el último disparo brasileño la gran estrella del Fluminense, Washington, tuvo que ver cómo el balón quedó entre las manos del arquero de Liga, aquel que parecía que estaba retirado y los “albos” le sacaron de su hueco. Ahora Cevallos retribuyó el favor con una Copa Libertadores.Pero en el campo de juego los futbolistas “albos” lo dejaron todo, en un partido que fue muy duro y de gran desgaste físico, con piernas por poco acalambradas. El cotejo inició con buen ritmo, Liga no se encerró y se fue en busca del gol, el que no tardó en llegar ya que apareció en el minuto cinco: Guerrón desbordó por la derecha, eludió a cuanto rival se puso en su camino, pegó el centro de la muerte y Bolaños fusiló al portero Henrique. Luego llegaron los goles de los brasileños que quedarán en la historia. Se forzó el alargue y posteriormente los penales, donde con las atajadas de Cevallos y los goles de Guerrón, Salas y Urrutia, enmudecieron al gran Maracaná, lleno de 80 mil hinchas cariocas.
La tapada de Cevallos a Washington desató la alegría ecuatoriana.
Cuando se cobró el penal de la gloria, felicidad sin límites fue la imagen de cerca de 200 hinchas que acudieron a ver la segunda final de la copa Libertadores de América en la cancha de la Bombonerita. Hora antes de empezar el cotejo, el optimismo inundaba el lugar. La gente saltaba de alegría esperando que el árbitro de el pitazo inicial. Banderas, pitos y carteles con leyendas de apoyo se observaban por doquier. Entre los más apasionados se encontraba Esteban Romero, de 13 años, quien hizo un cartel gigante en el que decía que Liga no solo es de Quito sino de Ecuador. “Soy liguista desde que nací y lo que más quiero es que el equipo se consagre como el mejor de América”, dijo. El vicepresidente de la República, Lenin Moreno, también se hizo presente y dio un mensaje de unidad al país. El partido arrancó en medio de los gritos de esperanza. La alegría se desbordó con el gol de Liga en los primeros minutos, pero la preocupación llegó con los tres goles siguientes que anotó el Flu. El tiempo reglamentario terminó en empates, vinieron los 30 minutos extra y nada. Finalmente llegaron los penales. Pancho Cevallos, sin duda, se encomendó a Dios, y saltó bajo los tres palos para pasar a la historia. Luego de dos increíbles atajadas, llegó la definitiva y fue cuando los hinchas en la Bombonerita se convirtieron en uno solo. “Liga Campeón, Liga campeón”, era el grito que se escuchaba en todo el lugar. Muchos se arrodillaban y agradecían a Dios, otros se abrazaban y las lágrimas de felicidad corrían por sus rostros, pero todos gritaban ante la emoción de un campeonato que se hizo realidad gracias al esfuerzo y la grandeza de sus jugadores.
La revancha del "Patón"
El Técnico de Liga, Edgardo Bauza, pasó del infierno a la gloria.
En el fútbol, como en la vida, el amor se convierte en odio y viceversa. Cuando Edgardo Bauza llegó a Liga, en 2006, los buenos resultados tardaron en llegar y la paciencia de la hinchada se estaba agotando, al punto que, luego de un partido ante el Olmedo, el “Patón”, como conocen a este argentino de 50 años, tuvo que salir del estadio en patrullero para no ser golpeado. “Bauza puto”, decía una bandera colgada en las gradas de la Casa Blanca.“Gracias Bauza”, se leía en una pancarta colocada en el mismo estadio, durante la primera final ante Fluminense. Así es este deporte donde manda la pasión sobre la razón y del cual el “Patón” ha dado muestras de saber bastante debido a que, entre jugar y dirigir, ya lleva más de 30 años vinculado al balompié. Debutó en 1977, en Rosario Central, de la mano de Carlos Timoteo Griguol, un legendario entrenador gaucho. Con este equipo jugó 310 partidos y anotó 80 goles, lo que no está nada mal si se toma en cuenta que Bauza fue zaguero central. Consiguió dos títulos argentinos en 1980 y 1987. Vistió también las camisetas del Independiente de su país natal, del Junior de Colombia y el Veracruz de México. Como entrenador también debutó en Rosario Central. Luego pasó por los argentinos Vélez y Colón antes de salir al extranjero. Primero dirigió al Sporting Cristal de Perú, antes de llegar a Liga, donde ha cosechado sus mayores éxitos a pesar de lo espinoso que fue el comienzo.“No seas cabeza dura y vete”, era uno de los mensajes que la hinchada le mandaba por mail. “Cuando recibí las críticas yo le dije a Rodrigo Paz que el equipo saldría muy pronto y así fue. Inmediatamente se callaron aquellos que no creían en que los jugadores podían superar ese mal momento. Don Rodrigo creyó en eso y salimos”, explica el “Patón”, quien ahora vive una luna de miel con los fanáticos “albos”, al punto que en una entrevista con Tribunalatina.com, un periódico digital, Bauza bromea y dice que ahora los hinchas “me ponen un poquito más arriba de Dios”, debe ser porque en esta Copa, Bauza hizo muchos milagros, pero todos consecuencia lógica del trabajo, el sacrificio y el ánimo que inyectó al grupo.

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