El fútbol también extrañará a Benedetti
La pérdida de Mario Benedetti, llorada en todo el mundo, especialmente en los ámbitos literarios, también será sentida en el mundo del fútbol. Es que el celebrado poeta, ensayista y autor también supo dedicarle más de un verso y algunos relatos al principal deporte y pasión de los uruguayos: el fútbol.
Confeso hincha de Nacional, entre su vasta obra destacaron cuentos como "Puntero izquierdo", donde ofrece la visión de un futbolista abrumado por su situación laboral y su situación económica.
O también "El Césped", donde un portero, avergonzado por un gol recibido de su mejor amigo, se termina quitando la vida.
"El césped. Desde la tribuna, es un tapete verde. Liso, rectangular, aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizás, crean que, con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de ballet. Quien es derrumbado, cae seguramente en un colchón de plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto forma parte de una pantomima mayor. Además cobran mucho dinero por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol decisivo. O no decisivo es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos, cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas", se puede leer en uno de los pasajes del cuento.
En tanto, en otras de sus novelas también supo dejar traslucir su pasión por el fútbol.
Por ejemplo en "Andamios" pone: "Y ya que nadie te informa de cómo van Peñarol o Nacional o Wanderers o Rampla Juniors, te vas convirtiendo paulatinamente en forofo (Hincha, digamos) del Zaragoza o del Albacete o del Tenerife, o de cualquier equipo en el que juegue un uruguayo o por lo menos algún argentino o mexicano o chileno o brasileño".
Curiosa es su visión sobre la rivalidad entre Nacional y Peñarol: "Que un hincha de Peñarol se enamore de un chica de Nacional, o viceversa, puede originar resentimientos familiares de la envergadura, que los conviertan en los Montescos y Capuletos del subdesarrollo".
También reflexionó sobre la importancia del fútbol para los uruguayos, uno de los mejores embajadores de nuestro país según el escritor.
"Nos hizo mucho bien el fútbol. Fuimos campeones olímpicos de fútbol en los años veinte, en 1924 y en 1928, y en 1950 le ganamos a Brasil la final de la Copa del Mundo en el Maracaná. Gracias al fútbol nos conocieron en el mundo.¡Cuando ganamos las Olimpíadas, en París, la gente no podía creer que un país tan chiquito, que casi no estaba en los mapas, saliera campeón! Cuando ganamos en 1924, me acuerdo que estábamos en Tacuarembó, y mi padre escuchaba una radio española con unos auriculares que no sé de dónde se sacó. En 1928, ya en Montevideo, seguíamos los resultados en la plaza Libertad, a través de unas pizarras. Uruguay jugaba la final, con Italia, y bajaban los cartelones: "Uruguay cede corner, Italia cobra off side". ¡Uruguay ganó 3 - 2!".
Estas son sólo algunas frases, poemas y pasajes de un autor que le dedicó mucho más al fútbol.
La pérdida de Mario Benedetti, llorada en todo el mundo, especialmente en los ámbitos literarios, también será sentida en el mundo del fútbol. Es que el celebrado poeta, ensayista y autor también supo dedicarle más de un verso y algunos relatos al principal deporte y pasión de los uruguayos: el fútbol.
Confeso hincha de Nacional, entre su vasta obra destacaron cuentos como "Puntero izquierdo", donde ofrece la visión de un futbolista abrumado por su situación laboral y su situación económica.
O también "El Césped", donde un portero, avergonzado por un gol recibido de su mejor amigo, se termina quitando la vida.
"El césped. Desde la tribuna, es un tapete verde. Liso, rectangular, aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizás, crean que, con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de ballet. Quien es derrumbado, cae seguramente en un colchón de plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto forma parte de una pantomima mayor. Además cobran mucho dinero por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol decisivo. O no decisivo es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos, cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas", se puede leer en uno de los pasajes del cuento.
En tanto, en otras de sus novelas también supo dejar traslucir su pasión por el fútbol.
Por ejemplo en "Andamios" pone: "Y ya que nadie te informa de cómo van Peñarol o Nacional o Wanderers o Rampla Juniors, te vas convirtiendo paulatinamente en forofo (Hincha, digamos) del Zaragoza o del Albacete o del Tenerife, o de cualquier equipo en el que juegue un uruguayo o por lo menos algún argentino o mexicano o chileno o brasileño".
Curiosa es su visión sobre la rivalidad entre Nacional y Peñarol: "Que un hincha de Peñarol se enamore de un chica de Nacional, o viceversa, puede originar resentimientos familiares de la envergadura, que los conviertan en los Montescos y Capuletos del subdesarrollo".
También reflexionó sobre la importancia del fútbol para los uruguayos, uno de los mejores embajadores de nuestro país según el escritor.
"Nos hizo mucho bien el fútbol. Fuimos campeones olímpicos de fútbol en los años veinte, en 1924 y en 1928, y en 1950 le ganamos a Brasil la final de la Copa del Mundo en el Maracaná. Gracias al fútbol nos conocieron en el mundo.¡Cuando ganamos las Olimpíadas, en París, la gente no podía creer que un país tan chiquito, que casi no estaba en los mapas, saliera campeón! Cuando ganamos en 1924, me acuerdo que estábamos en Tacuarembó, y mi padre escuchaba una radio española con unos auriculares que no sé de dónde se sacó. En 1928, ya en Montevideo, seguíamos los resultados en la plaza Libertad, a través de unas pizarras. Uruguay jugaba la final, con Italia, y bajaban los cartelones: "Uruguay cede corner, Italia cobra off side". ¡Uruguay ganó 3 - 2!".
Estas son sólo algunas frases, poemas y pasajes de un autor que le dedicó mucho más al fútbol.
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