Por Julio Alvarez Sebastián
El Veco: La partida de un maestro del periodismo
Nuestro recordado poeta César Vallejo decía: “Y si después de tanta palabra no sobrevive la palabra” y el escritor uruguayo Eduardo Galeano sentencia: Somos polvo y nada. Todo cuanto hacemos no es más que viento. Y que bueno que exista la palabra, como el sello característico de nuestro paso por esta aldea terrenal. Ahora que ya ha partido, ahora que su oído a la música será un referente, la palabra se unirá a los recuerdos y aparecerá viva la imagen del maestro, del periodista que hizo de la profesión un templo y una dedicación. Y la palabra estará allí para colorear el momento.
En una entrevista “El Veco” recordó que empezó en el periodismo deportivo a los 21 años y que en sus 56 años en el oficio siempre trató de superarse y colocar en sus notas "una pincelada risueña". Reconoció que su maestro fue el periodista uruguayo Ricardo Lorenzo Rodríguez, 'Borocotó', quien lo llevó en 1960 a trabajar en el diario bonaerense La Razón. Dejó atrás su carrera de Odontología que estudió hasta el tercer año.
Es considerado como uno de los cronistas deportivos más importantes de Sudamérica. Su estilo periodístico se basó en la caracterización de los personajes y la gran sensibilidad que plasmaba en sus notas, dejando huellas indelebles entre sus colegas y lectores. Para muchos, entre los que me incluyo, “El Veco” fue un referente en el periodismo, marcó "un antes y un después" en el periodismo deportivo peruano.
A continuación quiero traer a colación un recuerdo del maestro: En 1991 iniciaba mi labor periodística en Antena 1 Radio (hoy CPN Radio) Filial Trujillo, en cierta ocasión estuvimos reunidos en la ciudad capital junto a Daniel Kanashiro que era el coordinador del programa La hora del Veco que se transmitía en esa emisora. Cuando entramos en confianza le pedí a don Emilio algunos consejos para fortalecer mi labor periodística. Me miró un tanto sorprendido. No me dijo nada, siguió un largo silencio; luego de varios minutos, cuando ya me había hecho a la idea de no obtener respuesta, “El Veco”, me dijo, “Eh muchacho, me pides un consejo y bueno quisiera decirte nada más lo siguiente: Primero que todo: Equilibrio, un periodista aún en los momentos más difíciles de su profesión no debe perder jamás el equilibrio en sus apreciaciones, cuando lo hace empieza a perder credibilidad en forma rápida. Nunca eleves a los altares a los triunfadores, ni te ensañes con los derrotados. En segundo lugar, nunca creas que lo sabes todo, siempre hay algo que adicionar a lo aprendido. Cuando creas que lo sabes todo, habrá empezado tu descenso, tu caída. Y lógico como todo está en el estado mental y como nos sugestionamos a no aprender más porque lo sabemos todo, las paredes cerebrales se negarán a recibir nueva información. Y bueno esto vale no sólo en la carrera, sino en cualquier circunstancia de la vida. Recuerda: Equilibrio y aprendizaje permanente, el resto viene por la lectura, el talento y habilidad personal de cada uno, nada más”. Un abrazo sello el eco de sus palabras. Desde entonces “El Veco” fue siempre un faro al cual seguí. Quiero terminar esta nota con sus propias palabras: “Cuando yo ya no esté cuiden el camino, cuiden la profesión”. Es todo, descanse en paz maestro.
Nuestro recordado poeta César Vallejo decía: “Y si después de tanta palabra no sobrevive la palabra” y el escritor uruguayo Eduardo Galeano sentencia: Somos polvo y nada. Todo cuanto hacemos no es más que viento. Y que bueno que exista la palabra, como el sello característico de nuestro paso por esta aldea terrenal. Ahora que ya ha partido, ahora que su oído a la música será un referente, la palabra se unirá a los recuerdos y aparecerá viva la imagen del maestro, del periodista que hizo de la profesión un templo y una dedicación. Y la palabra estará allí para colorear el momento.
En una entrevista “El Veco” recordó que empezó en el periodismo deportivo a los 21 años y que en sus 56 años en el oficio siempre trató de superarse y colocar en sus notas "una pincelada risueña". Reconoció que su maestro fue el periodista uruguayo Ricardo Lorenzo Rodríguez, 'Borocotó', quien lo llevó en 1960 a trabajar en el diario bonaerense La Razón. Dejó atrás su carrera de Odontología que estudió hasta el tercer año.
Es considerado como uno de los cronistas deportivos más importantes de Sudamérica. Su estilo periodístico se basó en la caracterización de los personajes y la gran sensibilidad que plasmaba en sus notas, dejando huellas indelebles entre sus colegas y lectores. Para muchos, entre los que me incluyo, “El Veco” fue un referente en el periodismo, marcó "un antes y un después" en el periodismo deportivo peruano.
A continuación quiero traer a colación un recuerdo del maestro: En 1991 iniciaba mi labor periodística en Antena 1 Radio (hoy CPN Radio) Filial Trujillo, en cierta ocasión estuvimos reunidos en la ciudad capital junto a Daniel Kanashiro que era el coordinador del programa La hora del Veco que se transmitía en esa emisora. Cuando entramos en confianza le pedí a don Emilio algunos consejos para fortalecer mi labor periodística. Me miró un tanto sorprendido. No me dijo nada, siguió un largo silencio; luego de varios minutos, cuando ya me había hecho a la idea de no obtener respuesta, “El Veco”, me dijo, “Eh muchacho, me pides un consejo y bueno quisiera decirte nada más lo siguiente: Primero que todo: Equilibrio, un periodista aún en los momentos más difíciles de su profesión no debe perder jamás el equilibrio en sus apreciaciones, cuando lo hace empieza a perder credibilidad en forma rápida. Nunca eleves a los altares a los triunfadores, ni te ensañes con los derrotados. En segundo lugar, nunca creas que lo sabes todo, siempre hay algo que adicionar a lo aprendido. Cuando creas que lo sabes todo, habrá empezado tu descenso, tu caída. Y lógico como todo está en el estado mental y como nos sugestionamos a no aprender más porque lo sabemos todo, las paredes cerebrales se negarán a recibir nueva información. Y bueno esto vale no sólo en la carrera, sino en cualquier circunstancia de la vida. Recuerda: Equilibrio y aprendizaje permanente, el resto viene por la lectura, el talento y habilidad personal de cada uno, nada más”. Un abrazo sello el eco de sus palabras. Desde entonces “El Veco” fue siempre un faro al cual seguí. Quiero terminar esta nota con sus propias palabras: “Cuando yo ya no esté cuiden el camino, cuiden la profesión”. Es todo, descanse en paz maestro.
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