Kina Malpartida: Orgullo peruano
Kina "Dinamita" Malpartida: 29 años, 1.73 m, 9 victorias, 3 derrotas.Recién a las 11 de la mañana del martes, horas después de aterrizar en Lima, Kina Malpartida se sentó a desayunar. Hacia el mediodía, en el restaurante del Hotel María Angola, se la encuentra aún a la mesa, en una esquina con su esquina: su entrenador Víctor Huertas, Charles Huertas e Ignacio de La Hoya, aquellos que estarán cerca a ella en el ring.
En ese momento, su rival del sábado 20 de junio hace su aparición. Rodeada por su propio equipo, Halana Dos Santos –delgada, fibra, felina– camina buscando una mesa. “Se van a ir encima. Ahorita se odian”, comenta un muchacho de la organización. “Ah, no, yo no quiero ver esto”, dice alejándose. El fotógrafo estruja su cámara con anticipación.
Pero la gente se saluda, se da la mano. Cada grupo se retira a su mesa. La pelea se ha de medir dentro del Coliseo Dibós.
Kina no tiene mucho tiempo para posar. No tiene tiempo para nada. Hoy, martes, inicia su última etapa de preparación previa a la defensa del título mundial. No importa cuántos ojitos pretenda hacerle el fotógrafo, la sonrisa de Kina para la cámara debe contarse por segundos. Tenga cuidado que esta chica es brava.
¿Cuál es tu rutina de ejercicios regular, y cómo varía previa a un enfrentamiento?
Normalmente corro entre 45 minutos y una hora y media, a diferentes intensidades. Hago trabajo físico de musculatura: drills, planchas, abdominales, barras, salto de soga y mutisaltos. También hago mucho stretching. Hago trabajo técnico de diferentes tipos de golpe, en la pera, pera loca, con sacos de distinto peso. Y finalmente sparring, que es enfrentarse a ritmo de entrenamiento con otros boxeadores, con pegadas y técnicas distintas. Pero una semana antes del combate sólo me dedico a la parte técnica y táctica. Me cuido de guardar fuerza para la pelea.
¿Cómo transcurre tu día, a poco de la pelea?
Me levanto a las 7.30 de la mañana, corro un poco, hago ejercicios de técnica en doble horario y estoy en la cama a las 9.30 de la noche.
¿Cuál es tu dieta?
Como muy saludable y natural, y trato siempre de mantener mi peso de combate. Nunca como chatarra, evito las gaseosas. Sin embargo, en Lima me engrío mucho y salgo a comer harto pescado y mariscos. Y el día antes de la pelea me gusta comer pastas.
Cumpliste 29 el 25 de marzo. ¿Qué hiciste para celebrarlo?
La pasé en mi casa con amigos. No fue una fecha que marqué en el calendario.
Hay muchas cosas, normales para alguien de tu edad, a las que tienes que renunciar. ¿Alguno de esos sacrificios te cuesta más?
Sacrificarse es hacer o dejar de hacer algo por imposición, y para mí el box no es un sacrificio porque gozo practicándolo. Me encantan los ejercicios y combates, y los he elegido como forma y medio de vida. Aún existen prejuicios frente al box de mujeres, que oponen este deporte a la femineidad. Pero no se oponen para nada. Las mujeres recias no dejan de ser femeninas, así como los hombres dulces no dejan de ser masculinos. Además, ser mujer es más que apariencia. Yo soy feliz con lo que hago y me siento bien mujer.
¿Alguna vez has tenido que usar tus músculos fuera del ring?
Felizmente nunca. El box te enseña a controlarte y a dominar tus impulsos. No niego que alguna vez me ha provocado romperle el alma a alguien... pero pensándolo bien, eso no conduce a nada bueno.
Tienes un tatuaje en el brazo, dedicado a Jehová. También uno en la pierna, con una canción del grupo de reggae Israel Vibration. ¿Qué significan para ti?
Es un homenaje a mi poder superior. Soy una creyente, y creo que Dios es vida y amor. A la fortaleza que Él me da le debo lo que soy.
¿Eres una persona religiosa o, en todo, caso espiritual?
Más espiritual que religiosa, pero sí creo que el desarrollo del alma es un tema que hay que explorar para estar cada día mejor.
Y con respecto a tu cuerpo, que es tu herramienta de trabajo, ¿cómo te relacionas con él?
También puedo ser bien física. Yo me cuido mucho y entreno fuerte: no pienso en lo malo cuando combato. Algunas veces siento miedo en algunas circunstancias pero me sobrepongo pensando que lo bueno es tan real como lo malo. El miedo paraliza así que trato de evitarlo.
¿Qué lesiones fuertes o permanentes ya has tenido?
Tuve la rotura del tímpano en una pelea. Por suerte superé el tema.
¿Aún lidias con la ausencia de tu papá, el “Chino” Malpartida?
El recuerdo de mi padre es mi incentivo y mi gran motivador. Sé que estaría orgulloso de mí, como yo siempre lo estuve de él. Fue un padre ejemplar: generoso y muy cariñoso con mi hermano y conmigo. Lo tengo presente no sólo cuando estoy en el ring, sino en mi vida diaria.
¿Recuerdas algún Día del Padre en especial?
Siempre le di un abrazo y un beso. Ser cariñosa con él lo hacía muy feliz. Los regalos materiales se pueden perder o romper pero los recuerdos nadie te los roba.
Finalmente,tras la pelea, ¿cómo vas a aprovechar tu estadía en el Perú?
Hoy sólo pienso en el 20 de junio. El domingo 21, Día del Padre, me dedicaré a gozar de la experiencia vivida, a agradecerle a Dios, rezar por mi padre... y abriré la puerta de mi casa.